
LAS 7 CLAVES DE ÉXITO PARA CONSTRUIR EQUIPOS DE ALTO DESEMPEÑO.
Fecha:12/07/2015 | Revista: Info Pluss | Edición: JUL/2015
La selección de los miembros y el establecimiento de estándares de desempeño exigentes son algunas de las directrices principales en esta tarea. Detectar fortalezas y potenciarlas, una visión compartida, el monitoreo de desempeño y una comunicación efectiva son algunas de las claves que nos aseguran un clima organizacional positivo.
Para las empresas resulta todo un desafío encontrar líderes que tengan la habilidad de sacar lo mejor de sus equipos, manteniéndoles motivados y comprometidos con la organización.
Estos equipos se caracterizan por lograr resultados sobresalientes y se definen como Equipos de Alto Desempeño.
Daniel G’il Adi, experto en Desarrollo Organizacional y profesor de la plataforma de cursos online Unikemia compartió las 7 claves para construir este tipo de grupos:
1. Establecer urgencia, estándares de desempeño exigentes y dirección.
Todos los miembros de un equipo necesitan creer que el equipo tiene propósitos urgentes y valiosos, y quieren saber cuáles son las expectativas. De hecho, cuanto más urgente y significativa es la base lógica, más probable es que el equipo realice su potencial dedesempeño.Los equipos trabajan mejor en un contexto desafiante. Por eso las empresas con éticas de desempeño fuertes suelen formar equipos rápidamente.
2. Seleccionar a los miembros por sus habilidades y potencial, no por su personalidad.
Ningún equipo tiene éxito sin las habilidades necesarias para lograr su propósito y metas de desempeño. Pero la mayoría de los equipos dilucidan las habilidades que necesitarán después de formarse. El líder sabio escogerá a las personas por sus habilidades existentes y por su potencial para mejorarlas y aprender otras nuevas.
3. Establecer algunas reglas claras de conducta.
Todos los equipos eficaces desarrollan reglas de conducta al inicio para ayudarles a lograr su propósito y sus metas de desempeño. La reglas iniciales cruciales se relacionan con asistencia (sin interrupciones para responder llamadas), discusión, confidencialidad, enfoque analítico, orientación al producto final, confrontación constructiva y, lo más importante, contribuciones.
4. Establecer y ejecutar algunas tareas y metas inmediatas, orientadas al desempeño.
La mayoría de los equipos eficaces monitorea su avance hacia hitos clave de desempeño. Éstos pueden activarse estableciendo inmediatamente algunas metas desafiantes que puedan ser alcanzadas temprano. No existe tal cosa como un equipo real sin resultados de desempeño, por lo que mientras antes se llegue al resultado, más pronto se consolida el equipo.
5. Desafiar regularmente al equipo con nuevos hechos e información.
La nueva información hace que un equipo redefina y enriquezca su comprensión del desafío de desempeño, ayudando así al equipo a configurar un propósito común, fijar metas más claras y mejorar su enfoque común. A la inversa, los equipos yerran cuando suponen que toda la información necesaria existe en la experiencia colectiva y en el conocimiento de sus miembros.
6. Pasar juntos mucho tiempo.
El sentido común nos dice que los miembros de un equipo deben pasar juntos mucho tiempo, programado o no, especialmente al comienzo. De hecho, la compenetración creativa y personal requiere de interacciones espontáneas y casuales, tanto como de revisar hojas de cálculo y entrevistar a clientes. Los equipos exitosos se dan el tiempo para aprender a ser un equipo. Este tiempo no necesariamente debe pasarse siempre en proximidad física; las comunicaciones electrónicas o por teléfono también cuentan como tiempo en conjunto.
7. Explotar el poder del feedback positivo, el reconocimiento y la recompensa.
Repartir “estrellas doradas” ayuda a configurar nuevas conductas cruciales para el desempeño de equipo. Por ejemplo, si las personas en el grupo están alertas a los esfuerzos iniciales de una persona tímida por hablar y contribuir, pueden dar el reforzamiento positivo que fomenta futuras contribuciones. Existen muchas formas de reconocer y premiar el desempeño de equipo más allá de la compensación directa, desde un alto ejecutivo que habla directamente al equipo sobre la urgencia de su misión hasta usar premios para reconocer las contribuciones. Al final, sin embargo, la satisfacción compartida por un equipo ante su propio desempeño se convierte en la recompensa más preciada.