
PRESENTISMO LABORAL: ¿OCUPAR O CALENTAR LA SILLA?
Fecha:14/06/2016 | Revista: Info Pluss | Edición: JUN/2016
En lo laboral y profesional se presentan a diario nuevas tendencias, nuevos procesos que apuntan a una productividad asociada a la calidad de vida. En esta nota una invitación a pensar en el “presentismo laboral” utilizado como un aliado para la competitividad.
En una infografía por Twitter realizada según fuentes de “The Economist” se explicaba que trabajar más horas disminuye la productividad y que “hora nalga, no es hora de producción”, éste era el contexto:
• Las primeras 6 horas de trabajo son las más creativas y productivas
• Después de las 6 horas se pierde de forma progresiva en interés y disminuye el ritmo de producción
• Después de 9 horas el agotamiento es evidente, la calidad de trabajo prácticamente inexistente y la producción mínima
• Después de 12 horas no hay ni producción, ni concentración, ni energía, ni alma…
Los conocedores del tema señalan que - al menos en nuestras empresas - todavía se tiende a considerar que los empleados más comprometidos con la organización son aquellos que mayor cantidad de horas trabajan.
Asimismo y profundizando en las razones quellevarían a tal situación consideran que existen 2 perfiles presentes en las empresas que promueven el presentismo desmedido como un factor positivo para las empresas:
1. EL CEO QUE PREMIA EL PRESENTISMO LABORAL ES PORQUE ÉL FUE “PRESENTISTA” AYER Y LO SIGUE SIENDO HOY.
• Suelen ser directivos que hacen de su trabajo su vida y creen que lo que hacen es lo correcto porque sin ellos las cosas no avanzarán.
• Si premia al colaborador que más horas pasa en la empresa es porque él cree que eso es compromiso. Porque él también pasa sus horas muertas entre pasillos vacíos cuando probablemente sería hora de estar en casa disfrutando de la familia o bien practicando actividades distintas al trabajo.
• No son conscientes de que al no tener más vida que la laboral, sus niveles de felicidad, creatividad e innovación merman ostensiblemente y pueden caer en la creenciade hacer de esto “un modo de vida” y no “un medio de vida”.
• Muchos creen realmente que si no trabajan esas horas la empresa corre peligro de supervivencia. En este caso el problema es diferente, porque si es verdad, la solución estaría en ver dónde está el problema e intentar cambiar las cosas a nivel de organización, procesos y equipo ¿no?...
2. EL TRABAJADOR PRESENTISTA
• Hay colaboradores que se vuelven “presentistas” por pura necesidad ya que las tareas y objetivos que le han sido asignadas es imposible realizarlas en las horas establecidas. Son personas víctimas de una mala organización que por desgracia, a veces, creen que el problema son ellos. Esto causa un daño irreparable en la persona que se pone en cuestión.
• Hay quienes lo hacen no para seguir trabajando más, sino para “calentar la silla”en pro a tener ese reconocimiento por parte de su jefe. Son personas que temen por su puesto de trabajo y creen que por estar más tiempo, tienen menos probabilidades de salir de la organización.
• Hay quienes viven para agradar a sus jefes, no para aportar valor real a la organización.
TRABAJADOR DEL SIGLO XXI: SABER-HACER
Cabe preguntarse entonces cuál es el punto de equilibrio y desde una visión superadora como debería ser un “trabajador del siglo XXI”.
Por ello, las organizaciones y estudiosos que se subieron a la ola del cambio afirman que son aquellos con un nivel de compromiso que va más allá de agradar a su jefe quedándose más horas puesto que la satisfacción de su trabajo y el éxito del mismo es su propia auto realización. Ellos saben cuándo la situación requiere alargar una jornada, pero si la situación se repite ponen en cuestión la organización de su trabajo, revisan procesos, llegan al fondo de las causas y establecen losmecanismos necesarios para solucionar los posibles problemas con el fin de racionalizar una situación que no debería darse.
Sus niveles de compromiso son hacia ellos mismos (porque entienden que es la única forma de avanzar y sumar valor), hacia las empresas y sus equipos, pero sobretodo, están orientados al crecimiento de la marca y el negocio, algo que es el principio y el fin único de un trabajo de calidad y bien hecho.
Quizás sea bueno reflexionar sobre este tema, con el objetivo de que nuestro capital humano este conformado por gente con talento que pretendan a través de su desempeño crecer y aportar valor, dejando de lado políticas antiguas que, ante el nuevo paradigma, pueden llegar a ser las que provoquen que el verdadero talento abandone nuestras empresas.
Fuente: Nora González Turu