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LAS EMPRESAS ÉTICAS LOGRAN RESULTADOS DE NEGOCIOS SUPERIORES Y SOSTENIBLES
Fecha:06/03/2015 | Revista: Info Pluss | Edición: MAR/2015
Desde el inicio de la crisis, la ganancia ha dejado de ser un criterio único para el éxito de las compañías. El especialista en temas corporativos Alejandro Melamed señaló que los valores humanos impedirán otro estallido
Este doctor en Ciencias Económicas y docente universitario en Argentina, donde reside, lleva veinte años de trabajo en grandes corporaciones. Han sido también veinte años dedicados a estudiar el mundo de las empresas: en 2005 publicó “Empresas depredadoras (Recursos humanos no tan humanos)” y cinco años más tarde cuestiona por qué la vida acelerada y la competitividad han transformado a la ética en una materia de la que se habla mucho pero que se abandona en la práctica.
En su nuevo libro, “Empresas (+) humanas”, Melamed plantea que la catástrofe económica en los países desarrollados reveló por qué la ética es un factor necesario para el desarrollo de los buenos negocios. “Así como las falencias éticas fueron cruciales en la gravísima crisis actual, es imprescindible, para que se pueda superar, que en el mundo y en este continente de agudas inequidades y exclusiones la ética conduzca a la economía”, escribió.
¿Qué valor tiene la ética empresaria en un mundo donde fueron posibles las acciones que provocaron la catástrofe económica del 2008?
Las empresas funcionaban según una serie deparadigmas, y de pronto sufrimos una crisis financiera que llevó a una crisis económica que a su vez llevó una crisis social. ¿De pronto? No lo creo. Creo en cambio que previamente sufrimos una crisis ética, y que esa crisis ética impulsó todo lo que siguió.
Muchos ejecutivos de grandes compañías, con muy altas calificaciones técnicas pero con muy bajas calificaciones morales, lucraron para sí sin tomar conciencia del impacto que sus actos tenían en la sociedad. Los hombres dejan huellas en las organizaciones. Y a veces dejan heridas. Reconstruir el daño provocado llevará mucho.
¿Lo cree posible? Ya se habla de una nueva crisis global en 2011.
Evidentemente estamos muy lejos de lo esperable, pero también veo señales de que vamos hacia un nuevo equilibrio. La crisis del 2008 dejó una lección: debemos revisar los valores éticos, la integridad de nuestros negocios. La gente de Enron, que estudió en las mejores universidades, que ganaba millones de dólares, nunca pensó que podía ir a la cárcel. ¿Algún ejecutivo de una empresa que atenta contra el medioambiente piensa que puede ir preso?
Hoy la relación entre los actos empresariosy la ética se ha convertido en una pregunta central. No sólo porque nadie es impune: porque sabemos que si no resolvemos la crisis ética tendremos otra crisis económica. Hay segmentos donde esta lógica diferente se está generando.
¿Por ejemplo?
En las nuevas generaciones. En todas las personas decepcionadas de la lógica actual que proponen una manera diferente de ver las cosas. En todos los que seguimos en el mundo de los negocios pero tenemos un padre, un pariente o un amigo que fue desvinculado.
En pensadores como Bernardo Kliksberg, que ponen la ética primero. Y también en las grandes corporaciones, a las que las nuevas normativas obligan a cumplir con otros criterios.
¿La ética afecta la rentabilidad?
Hemos comprobado que el contexto no es excusa para el abordaje ético. Se ve en los resultados. En las empresas más humanas, los valores sostienen el proyecto y se mantienen vigentes en el tiempo, aún en los momentos más difíciles, cuando hay que demostrar quién es quién en el lugar. Las empresas éticas logran resultados de negocios superiores y sosteniblessin que ello implique impactar negativamente en la gente. Se ganan el respeto. Y el respeto es más que el éxito: es algo que se forja con el tiempo.
¿De qué modo interviene la ética en el valor de las empresas?¿cuándo los bienes intangibles pesan más que los activos fijos?
Es uno de los valores más importantes. Las máquinas pueden perder valor rápidamente, los conocimientos pueden perder valor rápidamente. Pero si la compañía se comporta a lo largo del tiempo, sostenidamente, en base a ciertos criterios, conserva su valor.
Una empresa que apuesta al largo plazo, que pone primero a su gente y a su cultura, que invierte en su desarrollo, que piensa de hoy a cinco años y no solamente en salvarse mañana, conserva su valor. Hay que entender cómo se generan oportunidades sostenibles en el tiempo. Tomo el concepto de liquidez de Zygmunt Bauman: lo que hoy es bueno, nuevo y positivo rápidamente se amortiza y desaparece.
¿Existe la responsabilidad social empresaria?
Muchas compañías hablan de ese concepto como si fuera algo exterior: ayudar a alguna escuela, ayudar al medioambiente.
Cuestiones lejanas. Sin embargo, la primera responsabilidad social de la empresa es con sus propios empleados: aquellas empresas que no actúen responsablemente con su gente pierden credibilidad interna, y la externa se pierde por añadidura.
¿Por qué? ¿Qué importancia tiene el capital humano en una compañía del siglo XXI?
Es uno de los factores críticos del éxito de cualquier empresa, independientemente de su rubro. Lo más importante que tienen las empresas son las ideas que genera su gente, y la gente sólo puede generar ideas cuando está relajada, tranquila, inspirada.
Para eso están los líderes, que también son modelos. Los jefes deben entender que comunican, comunican, comunican, con lo que dicen y con sus actitudes. Su papel es de una responsabilidad enorme.
¿Y cómo deben ser esos nuevos líderes de gente?
En el siglo XXI es imprescindible entender la diversidad y los distintos paradigmas. Pero el papel central de los líderes es inspirar para sacar lo mejor de la gente. Tienen que saber escuchar, tienen que ponerse en el lugar de los otros para poder comprender de quémodo cada persona puede dar lo mejor de sí . Muchas veces las empresas sacan lo peor de cada uno, pero en realidad necesitan potenciar lo que todos tenemos en estado de latencia.
¿Por qué habla de gente y no de recursos humanos o capital humano?
La terminología técnica puede parecer muy interesante pero no nos ha llevado ni lleva a ninguna parte. La gente es la gente, no es un recurso. Ya hay compañías que llaman Chief People Officer al encargado de su gente. Muchas veces tratamos de complejizar lo simple, cuando en las organizaciones es fundamental simplificar lo complejo. El otro día me dijeron una frase que habla de esto:
“Te escribí una carta muy larga porque no tuve tiempo”.
Autor: Alejandro Melamed, especialista en temas corporativos.